Y para finalizar de hablar de los parásitos internos más comunes.
Hoy hablaremos de la…
- Filaria o gusano del corazón:
Sin lugar a dudas se trata de un problema serio para los perros de zonas húmedas y tropicales. El por qué es muy simple, el transmisor es un mosquito. Normalmente infesta a los perros aunque también lo pueden padecer otros animales carnívoros.
Los gusanos ya adultos, cuyo promedio de vida es de 3 a 5 años, viven en el corazón del perro, se alojan en el ventrículo derecho, en la arteria pulmonar y en raras ocasiones también se puede encontrar en la cámara anterior del ojo y en la cavidad peritoneal, produciéndole daños en su sistema circulatorio y al terminar su desarrollo podrían causarle:
- Perdida de peso.
- Fatiga.
- Cansancio.
- Tos.
- Respiración forzosa.
- Apatía.
- Expulsión de sangre por la boca.
- Hemorragias nasales.
- Aumento del ritmo cardiaco.
- Aumento del ritmo respiratorio.
Otros síntomas menos comunes pero que podrían aparecer son:
- Ceguera.
- Intolerancia a la luz.
- Nódulos cutáneos.
- Trastornos de las glándulas salivares.
- Sangre en la orina.
- Ictericia.
- Colapso.
Podría incluso causar la muerte del animal, debido a que el parásito interfiere con la correcta circulación de la sangre y pueden provocarle un fallo cardiaco. Su corazón sufre las consecuencias de los problemas ocasionados por los filarias, forzando su funcionamiento.
Pueden haber casos de filariosis que no presenten síntomas, pero esto no quiere decir que sea un brote menos grave ya que esto impedirá darnos cuenta de que algo va mal y el fallo cardiaco se presentará igualmente.
Las filarias se transmiten de perro a perro a través de la picadura del mosquito, los gusanos adultos pueden producir otros más pequeños a los que se les denomina microfilmaría. Las microfilmarías, no crecen ni se reproducen pero pueden moverse a través del torrente sanguíneo de nuestro perro y viven hasta 2 años.
Tras ser infectado, se necesitan alrededor de 6 meses para que se produzca el gusano adulto.
Nuestro veterinario detectará la existencia de la enfermedad a través de un análisis de la sangre de nuestro perro y le dará a este el tratamiento adecuado. Cuanto antes se diagnostique la enfermedad más posibilidades tendremos de que nuestro perro se recupere, hay que tener especial cuidado con perros que vivan en zonas donde exista la enfermedad, en especial en zonas cercanas al mar o a ríos.
Actualmente no hay un médicamente que pueda atacar de manera eficaz a la filaria en cada una de las etapas de su crecimiento, así que debemos administrar un medicamento adecuado a la etapa de desarrollo en la que se encuentre el parásito.
También hay tratamientos preventivos para perros no infectados, una vacuna o unas pastillas que se pueden suministrar a partir de que nuestro cocker spaniel inglés cumple los 6 meses, en el caso de la vacuna es suministrada anualmente y la pastilla ha de ser suministrado mensualmente, nosotros podemos elegir el tratamiento que mas nos interese. En mi caso uso la pastilla mensual. Últimamente también podemos encontrar en el mercado pipetas que previenen también contra los mosquitos.
Si vivimos en una zona en la que no hay filaria y vamos a viajar con nuestra mascota debemos informarnos de si la hay donde vamos, de ser así nuestro veterinario puede darnos las pastillas preventivas para el tiempo que estemos allí.
Aunque también se han dado casos de filaria en gatos y humanos, no se considera una zoonosis y solamente se considera como un problema común y de importancia en el perro.
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